La Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe, RSMLAC, se une a las conmemoraciones que se llevan a cabo para recordar el centenario del Día Internacional de la Mujer. Esta fecha simboliza las innumerables luchas que ha impulsado el movimiento de mujeres y feminista para derribar las barreras que han impedido que gocen de su ciudadanía plena.
El derecho a voto, el acceso a un trabajo digno, la participación social y política, el control y autonomía sobre su propio cuerpo, el acceso a la educación, la salud, la seguridad social, son solo algunas de sus muchas demandas que permanecen sin respuestas, en algunos contextos más que en otros. Esto implica que una parte significativa de la población mundial sigue siendo discriminada y excluida por un sistema que distribuye desigualmente el acceso al poder y a los beneficios del desarrollo.
Por otra parte, hay hechos recientes en nuestra región de América Latina y el Caribe que ponen de manifiesto la vulnerabilidad de las mujeres frente a ciertas circunstancias que las afectan diferencialmente por su condición de género. Uno de ellos ha sido el golpe de Estado en Honduras que implicó una ruptura violenta de la institucionalidad, y alrededor del cual las mujeres feministas se han mantenido "en resistencia", pese al riesgo permanente de sus propias vidas. Otro fenómeno es la permanencia e incluso recrudecimiento de los ataques fundamentalistas contra el derecho de las mujeres a la autodeterminación sobre sus cuerpos, sexualidad y reproducción, los que han ocurrido prácticamente en todos los países y que amenazan la vigencia del Estado laico.
Más recientemente, en el terremoto en Haití, uno de los países más empobrecidos del mundo, y en el cual murieron miles de personas, las mujeres fueron duramente golpeadas por la crisis, por el hambre, la destrucción de sus casas y espacios de trabajo, además de experimentar ataques y violencia sexual. Finalmente, el terremoto y tsunami en Chile, cuyos efectos todavía no se logran dimensionar, impondrá una enorme carga sobre las mujeres, quienes asumirán la titánica tarea de reconstruir los espacios familiares y comunitarios, aun sin contar con los medios para ello.
Lo ocurrido en Haití y Chile sin duda demuestra la necesidad de que en situaciones de emergencia, sea por conflictos bélicos o sociales, o por catástrofes naturales como las ya señaladas, las mujeres reciban especial atención, y se les entreguen todos los soportes materiales, humanos y técnicos para garantizar su recuperación y para fortalecer su rol de liderazgo.
Este rol lo ha entendido Naciones Unidas, al aprobar por parte del Consejo de Seguridad, la Resolución 1325 del año 2000, que reconoce el papel fundamental de las mujeres en la mantención y construcción de la paz. Además, existe la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios, la que ha tenido un rol de seguimiento de la crisis de Haití, en especial en lo relativo a las mujeres. De la misma forma, las agencias de la ONU como el Fondo de Población han tenido en cuenta las necesidades en salud, y específicamente en salud reproductiva que se acrecientan en estos contextos, por ejemplo, con mayor riesgo de muertes maternas, embarazos no deseados, violencia sexual, ausencia de suministros de salud reproductiva, abortos inseguros, etc. Y en términos de salud integral, hay que considerar el subsecuente aumento en la carga del trabajo productivo y reproductivo de las mujeres, el impacto en su salud mental y emocional, etc. Todo esto ha sido tomado en cuenta también por las organizaciones de mujeres, que han desplegado sus esfuerzos para apoyar a las mujeres en sus comunidades, para darles contención y soporte. Las instituciones gubernamentales, sin embargo, no tienen aún el suficiente cuidado de incluir las consideraciones de género en la atención de este tipo de crisis humanitarias.
Por todo esto, y como símbolo de la resistencia y valentía de las mujeres en la lucha por sus derechos, la RSMLAC homenajea este año a las compañeras haitianas, en especial a las líderes feministas muertas en el terremoto: Miriam Merlet, Magaly Marcelin y Anne Marie Coriolan, y a las mujeres chilenas todas, que hoy se esfuerzan por emerger de la precariedad de las comunidades afectadas.
Asimismo, tomando en cuenta que su oficina de Coordinación está en Santiago de Chile desde 1984, agradece profundamente las múltiples llamadas, mensajes y palabras de apoyo de parte de su membresía. Quienes laboran en esta Oficina se encuentran bien y sin daños en sus hogares, y han iniciado un contacto con las organizaciones afiliadas que residen en la zona afectada para ofrecerles apoyo y solidaridad feminista.
La RSMLAC se adhiere a la Declaración de las feministas chilenas para este 8 de Marzo, titulada: Avanzar sin transar, todos nuestros derechos ¡AHORA y SIEMPRE!, la que defiende el derecho de las mujeres y de la población en general a vivir en paz, con bienestar y dignamente, y que exige que se entregue el soporte, ayuda y recursos necesarios para sobreponerse a esta tragedia. Y continuará participando en las acciones regionales de apoyo a las mujeres haitianas, coordinadas por el Campamento Feminista de Solidaridad, el que fue instalado desde los primeros días después del terremoto y que hoy permanece en funciones por vía virtual.
Para mayores informaciones sobre el 8 de Marzo conmemorado en Haití, acceder a: http://www.radiofeminista.net/ y http://www.fire.or.cr/index.php/noticias-todas/35/109-convocatoria-8-de-marzo-en-haiti.html
Para mayores informaciones sobre el 8 de Marzo conmemorado en Chile, acceder a: http://articulacionfeministachile.blogspot.com/ y http://www.reddesalud.org/actualidad/act4_int.php?id=40
El derecho a voto, el acceso a un trabajo digno, la participación social y política, el control y autonomía sobre su propio cuerpo, el acceso a la educación, la salud, la seguridad social, son solo algunas de sus muchas demandas que permanecen sin respuestas, en algunos contextos más que en otros. Esto implica que una parte significativa de la población mundial sigue siendo discriminada y excluida por un sistema que distribuye desigualmente el acceso al poder y a los beneficios del desarrollo.
Por otra parte, hay hechos recientes en nuestra región de América Latina y el Caribe que ponen de manifiesto la vulnerabilidad de las mujeres frente a ciertas circunstancias que las afectan diferencialmente por su condición de género. Uno de ellos ha sido el golpe de Estado en Honduras que implicó una ruptura violenta de la institucionalidad, y alrededor del cual las mujeres feministas se han mantenido "en resistencia", pese al riesgo permanente de sus propias vidas. Otro fenómeno es la permanencia e incluso recrudecimiento de los ataques fundamentalistas contra el derecho de las mujeres a la autodeterminación sobre sus cuerpos, sexualidad y reproducción, los que han ocurrido prácticamente en todos los países y que amenazan la vigencia del Estado laico.
Más recientemente, en el terremoto en Haití, uno de los países más empobrecidos del mundo, y en el cual murieron miles de personas, las mujeres fueron duramente golpeadas por la crisis, por el hambre, la destrucción de sus casas y espacios de trabajo, además de experimentar ataques y violencia sexual. Finalmente, el terremoto y tsunami en Chile, cuyos efectos todavía no se logran dimensionar, impondrá una enorme carga sobre las mujeres, quienes asumirán la titánica tarea de reconstruir los espacios familiares y comunitarios, aun sin contar con los medios para ello.
Lo ocurrido en Haití y Chile sin duda demuestra la necesidad de que en situaciones de emergencia, sea por conflictos bélicos o sociales, o por catástrofes naturales como las ya señaladas, las mujeres reciban especial atención, y se les entreguen todos los soportes materiales, humanos y técnicos para garantizar su recuperación y para fortalecer su rol de liderazgo.
Este rol lo ha entendido Naciones Unidas, al aprobar por parte del Consejo de Seguridad, la Resolución 1325 del año 2000, que reconoce el papel fundamental de las mujeres en la mantención y construcción de la paz. Además, existe la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios, la que ha tenido un rol de seguimiento de la crisis de Haití, en especial en lo relativo a las mujeres. De la misma forma, las agencias de la ONU como el Fondo de Población han tenido en cuenta las necesidades en salud, y específicamente en salud reproductiva que se acrecientan en estos contextos, por ejemplo, con mayor riesgo de muertes maternas, embarazos no deseados, violencia sexual, ausencia de suministros de salud reproductiva, abortos inseguros, etc. Y en términos de salud integral, hay que considerar el subsecuente aumento en la carga del trabajo productivo y reproductivo de las mujeres, el impacto en su salud mental y emocional, etc. Todo esto ha sido tomado en cuenta también por las organizaciones de mujeres, que han desplegado sus esfuerzos para apoyar a las mujeres en sus comunidades, para darles contención y soporte. Las instituciones gubernamentales, sin embargo, no tienen aún el suficiente cuidado de incluir las consideraciones de género en la atención de este tipo de crisis humanitarias.
Por todo esto, y como símbolo de la resistencia y valentía de las mujeres en la lucha por sus derechos, la RSMLAC homenajea este año a las compañeras haitianas, en especial a las líderes feministas muertas en el terremoto: Miriam Merlet, Magaly Marcelin y Anne Marie Coriolan, y a las mujeres chilenas todas, que hoy se esfuerzan por emerger de la precariedad de las comunidades afectadas.
Asimismo, tomando en cuenta que su oficina de Coordinación está en Santiago de Chile desde 1984, agradece profundamente las múltiples llamadas, mensajes y palabras de apoyo de parte de su membresía. Quienes laboran en esta Oficina se encuentran bien y sin daños en sus hogares, y han iniciado un contacto con las organizaciones afiliadas que residen en la zona afectada para ofrecerles apoyo y solidaridad feminista.
La RSMLAC se adhiere a la Declaración de las feministas chilenas para este 8 de Marzo, titulada: Avanzar sin transar, todos nuestros derechos ¡AHORA y SIEMPRE!, la que defiende el derecho de las mujeres y de la población en general a vivir en paz, con bienestar y dignamente, y que exige que se entregue el soporte, ayuda y recursos necesarios para sobreponerse a esta tragedia. Y continuará participando en las acciones regionales de apoyo a las mujeres haitianas, coordinadas por el Campamento Feminista de Solidaridad, el que fue instalado desde los primeros días después del terremoto y que hoy permanece en funciones por vía virtual.
Para mayores informaciones sobre el 8 de Marzo conmemorado en Haití, acceder a: http://www.radiofeminista.net/ y http://www.fire.or.cr/index.php/noticias-todas/35/109-convocatoria-8-de-marzo-en-haiti.html
Para mayores informaciones sobre el 8 de Marzo conmemorado en Chile, acceder a: http://articulacionfeministachile.blogspot.com/ y http://www.reddesalud.org/actualidad/act4_int.php?id=40
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