viernes, abril 16

Terremoto en Chile: ante el Estado ausente las mujeres entran en acción

La voz de Sara Mandujano, Coordinadora Ejecutiva del Fondo Alquimia de Chile, suena muy suave, contenedora, pero cuando comienza su relato hay un tono de decepción, de preocupación. En Chile no hay un número preciso de muertos, de gente desaparecida, no hay formas confiables de canalizar las diferentes necesidades de la ciudadanía. Pero lo que no ha habido en el movimiento de mujeres fue parálisis sino un rápido accionar, y que en muchos casos llevó a cubrir las necesidades que el propio estado no cubrió o se tomó su tiempo para hacerlo. Sara nos da un panorama de cómo un estado desmantelado por las políticas neoliberales postdictadura no supo dar respuestas rápidas y cómo las mujeres comenzaron a organizarse.
De un estado desmantelado al que no le interesa hacerse ver cómo débil

“Si realmente tienes esa sensación que el terremoto de Chile no fue tan visibilizado como el de Haití, yo creo que es porque hay una idea que Chile tiene la posibilidad de “reconstruirse rápidamente”, ¿no?”, dice Sara y continúa “Porque evidentemente está dentro el concierto internacional está dentro de los países que tienen una economía en vía de desarrollo y ha logrado entrar a muchos espacios de poder económico, ha hecho muchos TLC, y creo que en ese sentido la mirada hacia acá no ha venido y lo que no se dan fijado es que por esa misma situación, esas mismas condiciones que son supuestamente de una estructura económica firme, esa misma situación ha significado que este país tiene un estado absolutamente debilitado. Y en ese sentido no es diferente a Haití. Haití sí tiene una trayectoria de pobreza, de muchísimos años de ser un país depredado, que no ha logrado constituir un estado; en el caso de Chile es al revés, en el sentido en que sí, efectivamente existía un estado importante pero que a través de la privatización de sus diversos servicios básicos como es el agua para dar solo un ejemplo, se ha ido desmantelando progresivamente y nos encontramos es una situación que es desestabilizadora para nosotras.”

Sara respira profundo desde el otro lado de la línea, y agrega: “Nosotras, como movimiento de mujeres, como movimiento feminista, como Alquimia específicamente, siempre hemos tenido un ojo crítico respecto de los gobiernos, del estado, no solamente en lo relativo a los derechos de las mujeres, sino en general, porque no solamente hemos visto cómo se ha ido desmantelando el estado, también se ha desmantelado los movimientos sociales, se los ha ido criminalizándolos, ya no es bien visto que una se manifieste.”

“Nosotras veíamos todo eso, ¿no?, lo podíamos apreciar porque estábamos en una vereda crítica respecto de los gobiernos que estaban administrando este Estado, que eran los gobiernos de concertación que son de centro derecha, por más que ellos se llamen de centro izquierda. Bueno, cuando ocurre el terremoto, yo al menos pensé que iba a estar protegida, protegida de verdad, así como casi ingenuamente ¿cachay? Y siempre lo pensaba cuando vi el tsunami de Tailandia, cuado veía aquello pensaba: ¿Chile? me imaginaba que íbamos a poder responder de manera totalmente distinta; y resulta que viene este terremoto y pasan dos días en que el gobierno de este país admite que hubo un maremoto, pasaron dos días! Antes no lo admitió, y no sólo eso sino que dice que efectivamente no va haber tal maremoto, y la gente confía.”

“O como cuando escuchabas al Comandante en Jefe del Ejército decir que tenía los aviones listos dos horas después del terremoto pero que no podían hacer nada hasta recibir órdenes. Así vemos que en los puesto más importantes del gobierno no tienen siquiera criterio, que dependen de unos procedimientos que son absolutamente obsoletos en estados de emergencia, no puedes estar esperando órdenes, se supone que una tiene que actuar ; y entonces no ha llego el agua en días, ni comida a los lugares más necesitados.”

“Podemos decir que la respuesta al terremoto del 1960 fue más efectiva y mejor que la de 2010, pensando que el Estado tiene sus propios recursos y pude distribuir en tiempo y forma los insumos para las necesidades básicas. Y esto es denunciable en el sentido de cómo este estado no quiere se visto así, y a los socios que tiene afuera tampoco les interesa mostrar un Chile así.”
Pero nosotras como ciudadanas nos sentimos y nos seguimos sintiendo completamente desprotegidas. Mejor me lo hubieran avisado, ya q no me cuesta nada tener mi propia red, mi propia articulación, pero una pensaba creía que todo eso iba a estar provisto y previsto por el estado. Ha sido una experiencia traumática para las personas que viven en lugares que han sido literalmente barridos como para quienes hemos sido un poco observadoras, ya que en santiago no fue tan fuerte, si bien a una compañera se le cayó la casa.

Recuperando el accionar grupal, social

Le preguntamos a Sara si existe algo parecido a una Defensoría del Pueblo a donde la gente tenga donde recurrir para denunciar sus pérdidas, y ella enseguida nos dice: “Primero, no existe tal defensoría del pueblo, la estamos esperando desde 1989 que instale, que se reconozca, que exista, no existe; segundo, estamos en relación con los niveles locales o nacional del estado muy desarrollada desde lo individual, ¿entiendes?, por ejemplo: “Yo Sara tengo que ir a ver cómo hago para…” Es poca la articulación social. Este sistema está montado para que tú seas la persona individualmente la que trabaje con los distintos sectores.”

“Nosotras, desde el primer día, un poco desproporcionadas, largamos la campaña, porque era necesario, y sin permitirnos los duelos personales, porque aquí había duelos personales… Y nos articulamos con nuestras contrapartes que desde antes hemos venido trabajando en las dos regiones más afectadas (Centro Social Quidell (Maule), Comunidad Lésbica La Teta Insurgente y Casa de los Colores (Bío Bío)), y son contrapartes que en sus lugares están también organizadas en redes, ellas por su propia trayectoria tomaron ese rol. Y en la Sexta región que fue muy golpeada luego de la réplica del 11 de marzo, allí no tenemos contrapartes, y un trabajo en red no está desarrollado allí.”

“Nosotras nos contactamos de inmediato con estas compañeras para ver cómo estaban y qué era lo que se podía hacer y qué era lo que necesitaban. Nos preocupada saber cómo estaban las activistas porque aquí estaba todo en el suelo. No ha habido, desde mi conocimiento al menos, activistas muertas, pero sí activistas y organizaciones que han quedado absolutamente en el calle, literalmente en la calle. Por ejemplo las “Transgéneras por el cambio” en Talca que están viviendo en refugios, pero primeramente tuvieron problemas para ser aceptadas allí, están allí debajo de unos toldos intentando cómo se puede solucionar eso y a la vez sufriendo la discriminación que sufren no sólo las compañeras trans, lesbianas, que es larvadísima y fuertísima y son demoledoras para las personas en realidad.”

“Toda esta gente que perdió lo básico, sus viviendas; que no tenían donde bañarse, que no tenían qué comer fueron articuladas por estas dos contrapartes, tenemos dos en Concepción en realidad; “La Teta insurgente”, que es una comunidad lésbica trabaja territorialmente, ellas tuvieron que hacerse cargo directamente de territorios, en cambio “La casa de los colores” tenía mucho contacto con organizaciones que están dentro de la Red de Violencia, que están dentro de la Red de Mujeres de Bío Bío.”

Del primer accionar del Fondo Alquimia

“Nuestra ayuda ha sido muy escueta, ya que hemos recibido diferentes fondos, no muy grande y no han sido como los fondos de la Teletón que fueron de miles y miles pero que no deja de hacerle el juego al empresariado, que nunca va a perder.

Largamos entonces nuestra campaña, que no ha recaudado mucho pero que ahora estamos pidiendo afuera. La idea es recaudar 15 millones, en Chile queremos recaudar 5 millones y esa recaudación está siendo apoyada por la iniciativa de una donante de Estados Unidos, que está en nuestra red “Mujeres confiando en mujeres”, y la otra es a través de “La diáspora”.Y el resto es lo que estamos tratando de movilizar a través de algunos fondos de mujeres que conocemos y que es para cosas especificas y una de las cosas específicas es poder instalar esa veeduría que tú has mencionado antes, porque las compañeras de nuestras contrapartes están haciéndonos diagnósticos, y la veeduría sería para darle un sentido a esas visitas que están haciendo las distintas organizaciones y activistas. Pero a eso le vamos a sumar que queremos ver cómo ellas están accediendo a sus derechos, cómo están siendo atendidas en las oficinas comunales del ministerio de vivienda, cómo son atendidas por el ministerio de salud en los consultorios, es decir, ver cómo están los derechos.”

“Sobre todo porque ya ha había demasiadas denuncias de violencia, porque las mujeres están sumamente expuestas, porque son las mujeres que en definitiva salen y dan la cara; son las que van y piden el agua, la comida, son las que van y organizan la olla común. Además las personas siguen viviendo en estos tipos campamentos, en estos refugios. Están viviendo en estas carpas que se llueven enteras, y en el Sur ya hace mucho frío, y tienen niños/as. La gente está alterada y cuando te alterás, pues bueno… ya sabemos.”Y Sara nos comenta que la violencia no es sólo la física, pero también la ejercida con la pérdida de trabajo. Hay muchas empresas que están echando gente tomando como excusas las pérdidas sufridas por el terremoto.Sara continúa: “Queremos que las contrapartes tengan la posibilidad de sistematizar qué es lo que está pasando en estas dos regiones con el acceso a los derechos de las mujeres. Como es un fondo chico y el trabajo será realizado durante dos meses, nos vamos a centrar en las activistas y en las organizaciones.”

Sara nos confiesa que lo que les interesa es ver cómo se da la continuidad de las organizaciones, físicamente pero también emocionalmente, ya que las diferentes zonas del país siguen sufriendo temblores. En algunas comunidades es casi imposible vivir, y todo es muy inestable.“En los primeros momentos hemos usado unos fondos que se utilizan para cuestiones coyunturales, un fondo que se llama Fondo Activista, y esta primera ayuda ha ido a las zonas más afectadas para cubrir las emergencias y necesidades de las activistas, las necesidades básicas y humanitarias. Nuestras contrapartes se hicieron cargo de la distribución sabiendo qué era lo necesario al estar allí mismo.Nosotras hemos sido y somos críticas respecto al asistencialismo, pero al equipo de Alquimia nos pareció clarísimo, lógico y absolutamente necesario poder recurrir con este tipo de ayuda desde este Fondo.

A nosotras como Fondo Alquimia nos interesa sobre todo la mantención de la precaria articulación que existe en los movimientos sociales chilenos y de la que existe en los movimientos de mujeres y feministas, y en ese sentido actuamos bien colectivamente. Es muy interesante esto, porque siempre se hacen discursos y críticas al respecto, pero en este momento lo que prima es la vida y desde allí se toman este tipo de decisiones.Además todo lo hemos ido construyendo sobre la misma, lógicamente hemos ido aprendiendo con todo esto.”

El después. La reconstrucción más allá de lo material

Sara al respecto comparte una interesante reflexión que va más allá de lo material: “La visión tiene que ver con ir haciéndose cargo, responsabilizándose de la vida, parándonos a pensar cómo queremos vivir en este planeta, cuáles son las estructuras que queremos darnos, cómo nos vamos a relacionar. Creo que el feminismo tiene diferentes respuestas para esto y creo que en lo cotidiano tenemos que mostrar cómo querremos pararnos en el mundo. No es que haya que hacer visiones super abarcadoras. Una puede hacer cambios significativos desde donde está.

Esa es tu responsabilidad: vivirte la vida según tú dices que la ves. Si eres feminista, pues somos feministas desde que nos levantamos hasta que nos acostamos. No es una ideología, es una forma de vivir; y yo creo que una hace con ese acto una distinción. Y si tienes una organización y ese acto tiene mayor influencia pues mejor, y si tienes una red y es feministas y tiene mas influencia que tu organización, muchísimo mejor. Como que hay que ir avanzando, pero sobre todo en estares que hagan la diferencia. No en estares que se acomoden al sistema tal cual está. A nosotras nos interesan que los estares nuestros sean de verdad diferentes.

Le preguntamos a Sara si piensa que esta visión puede ser comprendida por una de esas mujeres, más afectadas por el terremoto, y ella sabiamente nos responde: “Desde el nivel de las ideas? Quizá no, pero tú tienes que demostrar en acciones esa diferencia. ¿Qué es lo que gente sabe de ti? Fíjate: esa persona me trató super bien, y cuál fue el buen trato? Me preguntó mi opinión, y esa opinión que yo di valió en la decisión que se tomó. Es eso ¿entiendes? Ellas se organizaron de manera diferente, no había presidentas, todas valíamos lo mismo. Unas a otras se coordinaban. Eso es lo que se va a entender.”

“Esto es lo que más o menos intentamos hacer desde el feminismo, pero claro, a veces no se puede realizar con claridad, porque una sigue metida dentro del sistema y sigue peleando por no sé qué derechos que al final quién te los va a garantizar. Casi nadie se pregunta ¿cuál es el estado que te va a garantizar derechos cuando a la hora del ahora el estado no te da el derecho básico que es la vida?.”

Para enterarte sobre la Campaña o para donar, por favor visita: http://www.fondoalquimia.org/Campana-Las-Mujeres-donamos-a-las.html
Fuente: Awid

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